Sección: ficcion » poesia EAN: 9789500300872 Editorial: EDITORIAL LOSADA ISBN: 9789500300872 Edición: 14ª Formato: RUSTICO Año: 2008 No. de páginas: 105 Idioma: ESPAÑOL Precio : $92.00 Precio en dólares: $7.30 USD Version PDF GRATIS CLICK EN LA IMAGEN O AQUI EN MEDIAFIRE
LOS HERALDOS NEGROS
Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé! Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos, la resaca de todo lo sufrido se empozara en el alma... Yo no sé!
Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte. Serán talvez los potros de bárbaros atilas; o los heraldos negros que nos manda la Muerte.
Son las caídas hondas de los Cristos del alma, de alguna fe adorable que el Destino blasfema. Esos golpes sangrientos son las crepitaciones de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.
Y el hombre... Pobre... pobre! Vuelve los ojos, como cuando por sobre el hombro nos llama una palmada; vuelve los ojos locos, y todo lo vivido se empoza, como charco de culpa, en la mirada.
Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé! César Vallejo EN VERSION PDF GRATIS AQUI
Sección: ficcion » poesia EAN: 9789682707315 Editorial: JOAQUIN MORTIZ. ISBN: 9682707315 Edición: 1ª Formato: TAPA DURA Año: 2000 No. de páginas: 0 Idioma: ESPAÑOL Precio : $388.00 Precio en dólares: $30.79 USD Version PDF GRATIS CLICK EN LA IMAGEN PDF EN MEDIAFIRE
Cuando tengas ganas de morirte
Cuando tengas ganas de morirte esconde la cabeza bajo la almohada y cuenta cuatro mil borregos.
Quédate dos días sin comer y veras que hermosa es la vida: carne, frijoles, pan.
Quédate sin mujer: verás. Cuando tengas ganas de morirte no alborotes tanto: muérete y ya. Jaime Sabines Qué costumbre tan salvaje ¡QUE COSTUMBRE TAN SALVAJE esta de enterrar a los muertos! ¡de matarlos, de aniquilarlos, de borrarlos de la tierra! Es tratarlos alevosamente, es negarles la posibilidad de revivir.
Yo siempre estoy esperando a que los muertos se levanten, que rompan el ataúd y digan alegremente: ¿por qué lloras? Por eso me sobrecoge el entierro. Aseguran las tapas de la caja, la introducen, le ponen lajas encima, y luego tierra, tras, tras, tras, paletada tras paletada, terrones, polvo, piedras, apisonando, amacizando, ahí te quedas, de aquí no sales.
Me dan risa, luego, las coronas, las flores, el llanto, los besos derramados. Es una burla: ¿para qué lo enterraron?, ¿por qué no lo dejaron fuera hasta secarse, hasta que nos hablaran sus huesos de su muerte? ¿O por qué no quemarlo, o darlo a los animales, o tirarlos a un río?
Había de tener una casa de reposo para los muertos, ventilada, limpia, con música y con agua corriente. Lo menos dos o tres, cada día, se levantarían a vivir. Jaime Sabines
|